domingo, 17 de febrero de 2008

La parábola de los talentos

Un hombre, antes de emprender un viaje, llamó a sus siervos y les encargó sus bienes. A uno le dio cinco talentos, a otro dos y a otro sólo uno talento, a cada uno según su capacidad. Luego se marchó. El que había recibido los cinco talentos fue en seguida y negoció con ellas y ganó otros cinco talentos. Así mismo, el que recibió dos talentos ganó otros dos talentos. Pero el que había recibido uno talento fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos siervos y arregló cuentas con ellos. El que había recibido los cinco talentos llegó con los otros cinco talentos. “Señor,” dijo, “usted me encargó cinco talentos. Mire, he ganado otros cinco talentos.” Su señor le respondió: “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” Llegó también el que recibió dos talentos. “Señor,” informó, “usted me encargó dos talentos. Mire, he ganado otros dos talentos.” Su señor le respondió, “¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu señor!” Después llegó el que había recibido sólo un talento. “Señor,” explicó, “yo sabía que usted es un hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y recoge donde no ha esparcido. Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo.” Pero su señor le contestó: ¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido? Pues debías haber depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera recibido con intereses. Quítenle los talentos y dénselos al que tiene los diez talentos. Porque a todo el que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese siervo inútil échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes.

1 comentario:

Fede dijo...

hombre ciertamente el q tenia poco fue un poco perezoso, si se lo hubiera gastado al menos en comer pos vale, pero enterrarlo definitivamente no era una buena idea...