lunes, 14 de abril de 2008

Tyler y la tortura voluntaria

Tras el éxito del post anterior, hoy me gustaría escribir sobre una persona peculiar y una historia subrealista. Se trata de Tyler Corey, un amigo de mi compañero de piso Bob, y de como se quitó un tatuaje que se había hecho en el cuello.

Tyler con un ligue

Tyler es una de esas personas a las que se la suda el mundo. Ha tomado (y sigue haciéndolo) todo tipo de drogas, desde alcohol, tabaco y marihuana, que consume habitualmente, hasta cosas más específicas como setas, opio o vicodina combinada con otros medicamentos. Además, tiene varios piercings y tatuajes por todo el cuerpo, la mayoría de los cuales se hizo cuando estaba drogado.

Tyler haciendo el tonto

El chaval es buena gente, y cuando viene a casa a ver a Bob siempre tiene historias interesantes que contar. La última fue que acababan de detener a su compañero de piso porque un RA (Resident Advisor) entró en su cuarto y se encontró heroina, cocaina, marihuana y otras muchas drogas en grandes cantidades. También suele echarle fotos con el móvil a sus novias con las tetas al aire, y cada vez que se liga a una nueva le enseña a sus amigos la foto orgulloso. Un auténtico crack.

Foto artística

Un día al llegar de clase, en el pasillo olía a cochinillo quemado. Cuando abrí la puerta me encontré una imagen impactante: Tyler con un mechero quemándose el cuello.

-Hola Ángel. Me hice un tatuaje detrás de la oreja cuando estaba ciego el otro día y no me gusta, así que me lo estoy quemando para quitármelo -me dijo.

Así, sin más. Como si fuera lo más normal del mundo. Se ría y todo, mientras la llama del mechero le quemaba el cuello.

El individuo en cuestión

Yo me fui a la ducha, y después de secarme y vestirme me acerqué a ver como iba la quema. Al parecer lo del mechero no había funcionado, y iban a probar una nueva técnica. Entonces, miré a la cocina y vi horrorizado que estaban calentando un cuchillo en el fuego.

-¿Pero estáis tontos o qué? -les dije a Bob, a Bryan y al moro, que estaban allí ayudando a Tyler -¿Pensáis hacerle como a las vacas, cuando las marcan con el sello al rojo vivo?

Y vaya que si lo hicieron. Tyler se quitó la camiseta, se la metió en la boca para amortiguar el grito agonizante que iba a dar el breve, y se puso de rodillas, con la cabeza apoyada sobre la mesa. Entonces, Bob, cogió el cuchillo al rojo vivo y se lo colocó sobre el cuello unos segundos. Un aullido de dolor se escapó entre la tela de la camiseta, y a los 10 segundos Tyler ya estaba de sonriente, echándose agua en el cuello y pidiéndole a Bob que lo hiciese de nuevo.


La tortura, en directo

Repitieron la operación tres veces más. Pasados unos días, Tyler me comentó que le había salido una cicatriz de la quemadura, se la había arrancado y el tatuaje se había quedado pegado a la piel arrancada. Así que ya sabéis, si queréis quitaros un tatuaje este es el método!

3 comentarios:

Karmelot dijo...

Que pasada tio, nose pero a mi me recuerda mucho a el perez pero un poco más americano, ke opinais vosotros?? xD tiene la misma cara y todo! jajaja

Angel dijo...

Ahora que lo dices... ;)

Andriu dijo...

Me he echado unas buenas risas con esta historia.

Me voy a Tyler (Texas) en julio, a pasar un año allí trabajando como profe de primaria y buscando información sobre la ciudad me topé con tu post sobre este individuo tan "peculiar".

También he ojeado el resto del blog por encima y veo que te fue genial en New Mexico.

Espero poder decir lo mismo dentro de un año.

Un saludo.