Mudanza

Martes, 14 de Agosto, apertura de los dorms. El check-in era de 9 de la mañana a 7 de la tarde, así que me lo tomé con calma. Me desperté sobre las 8:30, desayuné y me pusé con las maletas. Después salí con Jose Marcio y con Fernanda a mirar unos portátiles en el bookstore porque ninguno de los dos se trajo uno de su país, y luego ellos me acompañaron a lo de mi cuarto.

El check-in fue rápido. Rellené un papel con números de teléfono a los que contactar en caso de emergencia y me dieron un libro de normas y las llaves. Mi cuarto está en el edficio L2, y es el número 407. Resulta que LagunaDeVargas en realidad es por un lado Laguna (edificios L1, L2 y L3) y por el otro deVargas (D1, D2, D3), pero están en frente el uno del otro y por dentro son iguales. La habitación es amplia y está bastante bien para mi gusto, con varios armarios y cajones para meter las cosas.


Después de verla volvimos a la casa internacional para comer, y cuando acabé Fernando me llevó a Walmart con otros 5 españoles (que también estudian Computer Science) que habían llegado para comprar una almohada y ese tipo de cosas. Al final acabé gastando casi $70 entre detergente, gel, champú y otras tonterías para la habitación.


Dejé las cosas en casa y vuelta a la casa internacional. Allí Fernanda me invitó a un sandwich muy rico y luego fuimos juntos a donde los Bautistas que regalan muebles. Da gusto ver como te trata esa gente, siempre con una sonrisa en la boca, amables y dispuesto a ayudar en todo lo posible. Cogí una cafetera, una sandwichera, dos sillas, un microondas, cubiertos, un vaso y una taza para la habitación, todo totalmente gratis. También cogí un libro de un ateo que se casó con una cristiana y se puso a investigar sobre dios para intentar demostrar que no existía y acabó convirtiéndose. ¡Igual me acabo conviertiendo yo también después de leerlo!



Un señor de la iglesia me llevó en coche hasta mi dormitorio para dejarlo todo y luego volví a la casa internacional a cenar (todavía no está abierto el comedor). Esa noche había Salsa Dancing para estudaintes internacionales en el Martini Grill, así que regresé a mi nuevo hogar para ducharme. Lo que no sabía es que iba a esperarme una de esas cosas que SÓLO ME PUEDEN OCURRIR A MI. La maleta donde tenía toda mi ropa y que tenía contraseña no se abría. Debí cambiar la contraseña sin querer al cerrarla esa mañana, y no había manera. Ya estaba desesperado cuando apareció el responsable del edificio. Le conté mi historia y bajó a por herramientas. A los 10 minutos volvió con un martillo y unos alicates y haciendo palanca conseguimos abrir la maleta. Increible... Ya con acceso a mi ropa, me di una ducha, me cambié y llamé a Berenice para encontrar la manera de reunirme con el resto de gente. Justo ese día había llegado Rocío a la casa, una chica peruana con coche, así que vinieron a por mi.



El bar estaba lleno y estaban todos los internacionales que conocía, incluso Marco que había llegado ese día desde España. Estuve tomándome una cerveza mexicana y hablando con otros estudiantes hasta que Ana Lucía, una chica de Nicaragua, me sacó a bailar. Como todos sabéis, bailar no es lo mío, y el desastre fue todavía mayor teniendo en cuenta lo bien que bailaban el resto de parejas. Pero bueno, hice lo que pude. La chica me estuvo enseñando unos pasos y luego llevaba ella la iniciativa para las vueltas y esas cosas tan difíciles. Más o menos me las apañé, pero quedamos en que me tenía que dar unas clases o algo porque las necesitaba.

Poco después vino Fernando y nos llevó a casa. Estuve ordenando todo lo de las maletas en los armarios y cajones, haciendo la cama, y luego me acosté. Pasé un poco de frío porque todavía no controlo bien los grados farenheit y no se a que temperatura pongo el termostato, pero no dormí mal.

Mañana más!